Vamos a abordar el tema de la Motivación en el Deporte, sin intentar ahondar en demasía en un tema tan amplio como importante, que dejaremos planteado para retomar con mayor nivel de análisis, en sucesivas publicaciones.
La Psicología de la Motivación intenta dar respuesta al "porqué" de una actividad humana, sea ésta deportiva o de otra índole. ¿Porqué una persona corre 20 horas semanales? ¿por qué un deportista de alto riesgo se dispone a asumirlos?
El tema de la Motivación en el Deporte debe ser recortado del campo mas amplio y abarcativo de la Psicología Motivacional general, y esto es lo que dejaremos planteado en esta primera aproximación al tema.
La Psicología de la Motivación intenta dar respuesta al "porqué" de una actividad humana, sea ésta deportiva o de otra índole. ¿Porqué una persona corre 20 horas semanales? ¿por qué un deportista de alto riesgo se dispone a asumirlos?
El tema de la Motivación en el Deporte debe ser recortado del campo mas amplio y abarcativo de la Psicología Motivacional general, y esto es lo que dejaremos planteado en esta primera aproximación al tema.
Psicología de la Motivación
La Psicología de la Motivación, a grandes rasgos, tiene como finalidad la de ofrecer respuestas a la pregunta del "porqué" respecto a la conducta. ¿Por qué una persona juega tenis? ¿Por qué lo hace profesionalmente? ¿Por qué a veces, al iniciarlo, lo abandona? , o yendo un poco mas lejos aún, ¿Porqué algunos sienten que "fracasan al triunfar"? (éste último punto será retomado en el próximo artículo, basándonos en la lectura de Sigmund Freud)
Síntéticamente, podemos decir que la Psicología de la Motivación se interesa por la cuestión del "orígen, la dirección y la persistencia de la conducta".
Hay diferentes teorías de la Motivación, que no desarrollaremos aquí, por no considerarlo necesario, pero el punto en el que las mismas difieren entre sí es en aquellos aspectos de la conducta hacia los que orientan el análisis (rendimiento, agresión, cooperación), y lo mas importante a mi entender: el hecho de que algunas teorías olvidan que a la hora de explicar las motivaciones y rendimientos de un deportista se deben tener en cuenta las diferencias individuales que son el punto de partida ineludible a la hora de explicar y entender no solo el rendimiento, sino todos los factores "puestos en juego" cuando miramos la relación del Hombre y el Deporte.
Diferentes tipos de Motivaciones
Aunque en el lenguaje cotidiano a menudo se utilizan como sinónimos, los términos "motivos" y "motivación" se deben distinguir.
Podemos simplificar diciendo que
Motivos son "las razones para hacer algo".
Motivación se relaciona con el estado del organismo al que se considera responsable de la realización de una determinada actividad en un punto preciso del tiempo.
Tal estado del organismo es la consecuencia de múltiples factores internos y externos, a la vez que conscientes e inconscientes, aspecto éste último, no siempre tenido en cuenta debidamente por la Psicología de la Motivación, que a menudo centra demasiado el análisis en los aspectos mas observables del Yo, sin analizar aquello que, de manera inconsciente, puede estar influyendo de modo decisivo tanto sea reforzando como debilitando el rendimiento y el estado motivacional del deportista.
Además, debemos tener en cuenta que diferentes motivos suelen mostrarse al mismo tiempo activos y establecer juntos la fuerza de la motivación en un momento determinado, o incluso, a menudo, mostrarse antagónicos (generando en este caso un conflicto al Yo).
El análisis de los motivos de la conducta del deportista, está muy ligado al concepto de "necesidad" o "impulso" (llamado "drive" en la terminología freudiana), que lleva a la acción.
Podemos decir, que sin un impulso que sirva de base, no hay fuerza para el desarrollo de la conducta. Ahora bien, estos impulsos, se traducen en "conciencia de" (o representación de un estado futuro deseado), del cual, la persona deriva la energía para su conducta motivada.
Esta conciencia de que "es posible una satisfacción potencial" surge de estímulos ambientales, de la memoria, o de un estado interno del organismo.
Como vemos, la noción de "multiplicidad de factores" a la que hicimos referencia, se pone claramente de manifiesto en la conducta deportiva.
Resulta claro, que a medida que desarrollamos el tema, van surgiendo mas interrogantes, y esto mismo sucede porque el análisis de las Motivaciones deportivas, es en sí mismo complejo, rico en multiplicidades, ineludiblemente ligado a cada historia individual.
Motivos para la participación en el deporte
¿Qué motivos radican tras la decisión de una persona de intervenir en un deporte?: la Psicología ha realizado diversas tentativas para clasificar estos motivos que subyacen a la conducta deportiva.
Mi texto de referencia "Psicología del Deporte"( de Bakker, Whiting, van der Brug) los presenta clasificados del siguiente modo:
Motivaciones de la conducta deportiva.
Autores como Alderman, Artus, Bloss, Bielefeld, Van Dellen, Gabler, Hahmann, Manders, Deci, Robertson, Sabath, por citar solo algunos, han llevado a cabo trabajos de campo e investigación, de cuya amplia extensión les presentaré una síntesis, acerca de los "Motivos y razones para la participación en el deporte"
Debemos tener en cuenta que éstos motivos no siempre son conscientes, esto es: su poder motivacional a menudo no es conocido ni identificable como propio por el sujeto-deportista.
Motivo de Afiliación (necesidad de socializarse), sobre todo presente en la infancia y adolescencia.
Necesidad de Exhibirse: agradar a otros, interesar, asombrar, conmover, sorprender, destacarse.
Necesidad de Exito y Autonomía (pugnar por la independencia).
Necesidad de Rendimiento: superar los propios límites y competir con terceros.
Placer intrínseco: bienestar psicofísico que el individuo encuentra en la actividad deportiva.
Necesidad de construcción: organizarse y constituirse a partir del reconocimiento,(sobre todo en la infancia), del propio cuerpo y sus movimientos. Debemos recordar lo dicho por Freud, acerca de que "el Yo es ante todo un Yo corporal"
Necesidad de sublimar impulsos agresivos propios de la naturaleza humana, que encuentran en el deporte una vía de expresión socialmente aceptada y valorada.
Necesidad de Dominio: Se refieren a la necesidad de influir en otros o controlarles.
Necesidad de Jugar, aspecto lúdico del deporte: el deporte en tanto medio para relajarse, distraerse, entretenerse.
Según el Sexo de los entrevistados, podemos destacar: en las mujeres una mayor búsqueda de obtener a través del deporte una buena forma física, y en el varón, la preponderancia del deporte en tanto vía para poder entablar amistades, lograr autonomía.
Hasta aquí les he presentado las investigaciones realizadas por los autores citados sin hacer referencia específica a cada uno de ellos por separado, dado que ello hubiera implicado extendernos en demasía.
Lo que resulta importante destacar, a mi criterio, es lo siguiente:
Los motivos expuestos no siempre son conscientes en el sujeto-deportista, y del mismo modo, otros motivos, (no especificados en los trabajos de campo), son fuertemente determinantes sin ser conscientes.
La conducta intrínsecamente motivada (aquélla realizada por el placer mismo de la actividad, sin que medie una gratificación externa evidente) establece una clara diferenciación entre el deporte amateur y el profesional, por lo cual las motivaciones que acabamos de presentar cobrarán diferente importancia según este aspecto.
Para finalizar con el presente artículo, les dejo una breve historia que ilustra la posible debilitación de una motivación, cuando dos causas potenciales se entrecruzan antagónicamente.
"Un anciano vivía solo en una calle en donde los chicos jugaban ruidosamente todas las tardes con su pelota.
Un día el escándalo fue tal que el anciano tuvo una idea: llamó a los chicos a su casa. Les dijo que le gustaba mucho oirlos jugar, pero que estaba quedándose sordo y apenas los oía. Les rogó que acudieran todos los días y jugasen mas estruendosamente ante su casa. Si así lo hacían, les daría un cuarto de dólar.
Los chicos se apresuraron a presentarse el día siguiente e hicieron un ruido tremendo. El anciano les pagó y les pidió que volvieran al día siguiente. De nuevo los chicos escandalizaron, y él nuevamente les pagó.
Al otro día, les entregó sólo veinte centavos a cada chico, explicándoles que estaba quedándose sin dinero.
Al día siguiente entregó solo quince centavos a cada uno. El cuarto día les advirtió que tendría que reducir la gratificación a cinco centavos. Los chicos se enojaron y dijeron al anciano que no volverían. No valía la pena el esfuerzo, afirmaron, tan sólo por cinco centavos diarios.
Lic. Silvia Morales
Psicóloga.
Universidad de Buenos Aires.
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